El permiso es “un documento, otorgado generalmente, por una autoridad competente, que permite que algo exista o que alguien realice determinados actos o servicios. En el contexto migratorio es común la referencia a los permisos de residencia y a los permisos de trabajo” [1].
Ahora bien, el permiso de residencia se define como un “Documento legal expedido por las autoridades competentes de un Estado a un extranjero en el cual se hace constar que ese extranjero tiene derecho a vivir en ese Estado” [2].
En el presente apartado, se estudiará una decisión emitida por la Gran Sala del Tribunal de Justicia Europeo, donde establecen la obligación de los Estados de garantizar que las personas con nacionalidad de un país ajeno a la Unión Europea, que residan en un Estado miembro junto a sus hijos con nacionalidad europea, puedan acceder a un permiso de residencia. Lo anterior, con la finalidad de que sus hijos no abandonen el territorio en el cual nacieron, puesto que, si los padres no cuentan con un permiso, no tendrán como subsistir y la familia deberá abandonar la Unión.
Dicha decisión es de gran relevancia para el contexto sudamericano, ya que una gran cantidad de los latinos que migran a Europa se enfrentan a múltiples obstáculos al momento de solicitar permisos y demás documentos de regularización migratoria. Lo anterior, impide que puedan encontrar trabajo, estudiar y gozar de las demás garantías que brinda el país europeo.
[1] Organización Internacional para las Migraciones-OIM, “Glosario sobre migración”. Disponible en: https://www.corteidh.or.cr/sitios/observaciones/11/anexo4.pdf
[2] Ibid.